Las empresas juegan un papel fundamental en la transición hacia una economía verde y sustentable. Para lograr los objetivos sustentables, las prácticas corporativas deben estar alineadas con las necesidades y prioridades del entorno medioambiental y social.
Las decisiones de las compañías tienen un alto impacto en la economía, por lo tanto es comprensible que se les exija un compromiso concreto con respecto a emprender acciones destinadas a generar una economía sustentable.
Las compañías pueden considerar las exigencias medioambientales como riesgos u oportunidades. Tradicionalmente, en el ámbito corporativo las políticas y prácticas medioambientales suelen considerarse como costo o riesgo. Sin embargo, diversos estudios recientes han demostrado que las compañías que deciden adoptar estrategias de negocios sustentables, suelen obtener mejores resultados económicos que las que optan por modelos tradicionales.
Una manera de visualizar la sustentabilidad corporativa es con el modelo de los cuatro cuadrantes (ver gráfico). La compañía mejora su imagen simplemente asegurando a sus stakeholders que cumple con las regulaciones sociales, ambientales y de seguridad en toda sus operaciones. Luego, mediante la aplicación de procesos ecofecientes, logra ahorrar costos relativos a energía, agua, materiales y residuos. En el futuro (cuadrantes superiores) gracias a la aplicación de la innovación disruptiva, podrá reinventar sus productos y procesos haciéndolos más sustentables. Este recorrido por la vía sustentable le permite a la empresa cubrir necesidades actuales y abrir nuevos mercados.
La pregunta que suele surgir en el ámbito corporativo es: ¿pueden las compañías generar valor aplicando un modelo de management verde/medioambiental? La realidad es que en el contexto actual esta pregunta debería ser reemplazada por otra: ¿pueden las compañías afrontar los costos de no adaptarse a los criterios medioambientales de la época? La respuesta es: tal vez, pero no por mucho tiempo. La adaptación a los nuevos tiempos es imprescindible como estrategia de supervivencia y crecimiento en el mundo actual.
Algunos ejemplos de estrategias sustentables corporativas:
Sustentabilidad en los procesos: históricamente la cadena productiva se concentraba en reducir costos y riesgos, mejorar calidad y niveles de servicio, incrementar la velocidad y agilidad para responder a los cambios de la demanda. Hoy se ha incorporado la sustentabilidad como componente fundamental de la cadena productiva.
Identificación de marca y empresa: actualmente la responsabilidad de la empresa se transfiere a la marca, de manera que si es nocivo el hecho que una empresa contamine, es también nocivo utilizar un producto de esa empresa. La empresa sueca H&M interacciona directamente con sus proveedores para controlar que los materiales no sean producidos en condiciones de explotación laboral o de daño ambiental.
Eficiencia en el uso de recursos: la incorporación de programas de manejo eficiente de recursos como el agua, la energía o residuos en las organizaciones es una herramienta que permite enverdecer la organización, ahorrar costos e incrementar la competitividad.
E- materialización y movilidad virtual: los productos físicos son reemplazados por productos o servicios digitales. Estrategias como el teletrabajo, teleconferencias, cursos online son algunos ejemplos de la movilidad virtual. Un empleado que trabaja dos días desde su casa, puede reducir hasta en un 40% los costos de tiempo y transporte a la vez que reduce también el impacto negativo ambiental.
Estos ejemplos representan solo una pequeña parte de las múltiples posibilidades de estrategias sustentables corporativas. Contáctenos y juntos podremos acordar la/s estrategia/s y programa que mejor se adapten a su situación y objetivos. Tenga presente que para las empresas la sustentabilidad no es marketing: es un negocio.